lunes, 28 de octubre de 2013

PARA QUE NOS VAYA BIEN,  ES NECESARIO CONFIAR EN  DIOS

Este es un día ideal para que estemos con la mejor de las actitudes, agarrados y confiados de la mano de El Señor, porque El es fiel  y para siempre es su misericordia.

Hoy iniciaremos con lo expresado en el Salmo 145:1 y 14, que dice así: Te exaltare, mi Dios, mi Rey y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre, porque sostienes a todos los que caen y levantas a todos los oprimidos. Esta es una hermosa promesa que está disponible para los que deseen cambiar su lamento, en esperanza y confianza en Dios; y todo esto es así, porque para que nos vaya bien en  la vida;  obligatoriamente tenemos que   cambiar nuestro  lenguaje de derrota, por un lenguaje de fe; e iniciar en cero,  con la ayuda de  Jesucristo para   caminar a su manera, o sea de la forma correcta.

También es necesario   hacer nuestra la palabra de Dios, como dice el Salmo 27:3, el cual dice que aunque un ejército acampe contra mí, yo estaré confiado.  Tenemos que hacer lo que hace  un guerrero de Dios, que lucha contra todo pronóstico y vientos en contra.

Para  tener éxito ante la vida,  a partir de hoy tenemos que decidirnos a  ser un vencedor, no un vencido, como dice Romanos  8:37: Antes, en todas estas cosas,  somos más que vencedores.  Levantémonos esperando que las misericordias de Dios nos  alcancen, aunque el panorama parezca contrario.  Vayamos  todos los días,  a la  presencia de Dios, en oración y suplicas, porque El Señor no desecha a un corazón contrito y humillado.  Demos  gracias por todo, por lo bueno, por lo malo, lo regular, porque Dios en su momento de seguro que nos   exaltara; creamos  lo que  dice su palabra en El salmo 23, que aunque ande en sombra de muerte su  vara y cayado nos  infundirá  aliento en todos los momentos,  pues su palabra no miente.

Finalmente,  y aunque estemos pasando por un  momento difícil,  tenemos que esforzarnos,  tomar aliento, aunque no nos sea fácil, porque en los momentos de mas dificultad, es cuando más se hace necesario confiar en ese Dios bueno, que permite las adversidades para bien; , porque  nunca hemos   visto a un justo desamparado, ni olvidado por Dios quien es   bueno, agradable y perfecto y no hay nadie como El.

BENDICIONES, hasta la próxima











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