lunes, 6 de junio de 2011

EL PODER DE LA ORACION





Orar es sencillamente hablar con Dios.  Si pedimos algo que  es justo y conveniente,  conforme a la voluntad de Dios, El la concederá.  Para Dios no hay nada imposible.

El siempre desea darnos lo mejor. De nuestra parte,  aprendamos a descansar en El, pues cuando estamos frente a una dificultad,  solemos preocuparnos y olvidamos que con esto no resolveremos  nada.   Todo lo contrario, con esta mala actitud, lo empeoramos. Lo mejor que podemos hacer es  tratar de buscar soluciones y  es  poner  en manos del creador todo lo que nos preocupa.  Ver Santiago 5-16-18 y Mateo 17-20.  

Dejemos la preocupación a un lado, pues cuando nos preocupamos, el enemigo aprovechará la ocasión para ponernos en la mente un resumen con todo lujo de detalles, de las cosas que más nos preocupan, para con ésto hacernos creer que nunca habrá salidas, ya que en la mente es donde el suele   atacar.

Finalmente, existe  SIEMPRE una condición y es que para que sea oida una oración o petición, es necesario que no tengamos  RENCOR, ODIO o cualquier otra situación negativa  semejante en nuestro corazón, pues Dios nunca  le oirá, si usted no ha perdonado a su contrario.

BENDICIONES, hasta la próxima.

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