LOS DESIERTOS SON PARA ACERCARNOS AL SEÑOR, CONFIEMOS  EN DIOS, PORQUE EL  NOS PUEDE LEVANTAR


Este es un día ideal para estar con la mejor de las actitudes, agarrados  de la mano del Señor, porque El es bueno siempre.

Iniciaremos diciendo que  a veces nos toca vivir tribulaciones muy fuertes, las cuales nos pueden parecer muy duras e interminables; entonces  hacemos todo lo que esta a nuestro alcance; sin embargo aparentemente, nada agradable sucede; es cuando nos  hacemos preguntas que, de inmediato no tienen respuesta y en esos momentos  Dios nos dice: Hijo mi@ deposita toda esa carga en mis manos, porque aunque no me veas, estoy aquí contigo, para ayudarte, consolarte  y levantarte, porque nunca me he ido de tu lado. 

Veamos ahora  lo que dijo sobre los desiertos, el predicador Argentino Claudio Freidzon:  “La razón por la que Dios permite que vivamos desiertos es porque tiene algo absolutamente extraordinario en nuestra vida“. Esta es una poderosa y gran verdad, porque todo lo que permite Dios, es para nuestro bien.

Dios es nuestro refugio y pronto auxilio en las tribulaciones, es por eso que en  medio del dolor, en medio del rechazo, en medio de la soledad, en medio de cualquier situación desagradable, sólo  debemos  de apoyarnos en el Señor; ya que  El tiene el poder para de repente, cambiar para bien, cualquier mala situación que nos esté atormentando.

El salmo  40:1 dice: Pacientemente esperé al SENOR y El se inclinó a mi y oyó mi clamor y es que Dios es  Todopoderoso que nunca tiene prisa para obrar, porque  sabe cuando es el momento oportuno  en  que debe de hacerlo; es por ese motivo que aunque la tierra sea removida y aún no entendamos su proceder, tenemos siempre que tener fe y saber  que con El, seremos más que vencedores; ya hace mas de dos mil años , por amor a nosotros ya El venció a la muerte.

Finalmente y como dice el Apostol Pablo:  “He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación, ni tribulación, ni hambre, ni pestilencia“, nada podrá apartarme de su amor, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro. Dios es bueno, verdadero y perfecto y nadie es como El.

BENDICIONES, hasta la próxima