ENFRENTANDO LAS ADVERSIDADES CONFIADOS  EN EL SENOR

Este es un día ideal para que estemos con la mejor de las actitudes porque El Señor es bueno y sus misericordias son nuevas cada día.

 Iniciaremos diciendo que todos los seres humanos, en mayor o en menor medida, enfrentamos adversidades a diario ; sin embargo lo que marca la diferencia, es la actitud que asumimos frente a ellas y saben algo? quien nos ayuda a salir de las mismas de la mejor manera, sin importar cuan difícil sea lo que estemos atravesando, es Dios y nadie mas que El.

 Hoy Dios no puede sorprender en un abrir y cerrar de ojos para el bien de usted, sólo necesita confiar y nada mas. Pues para Dios nada es imposible..

Es importante saber que no todos reaccionamos de igual forma ante las adversidades; ya que muchos se amargan, paralizan o desesperan; en cambio a otros  la adversidad los hace superarse; lo cual es lo mejor que podemos hacer; pues pase lo que pase tenemos que continuar hacia adelante; como dice la palabra en Filipenses 3:13 y 14.

A Dios nunca debemos decirle por que esto a mi?, a Dios tenemos que decirle para que; ya que Cuando le decimos por que, le estaremos diciendo que es injusto, en cambio cuando le decimos para que, le estaremos diciendo heme aquí, lo cual es la actitud correcta.

Finalmente, es bueno saber que El señor es el primero y postrero y fuera de El no hay otro Dios , no hay fuerte , no conocemos a ninguno y es así porque El es el único bueno, agradable y perfecto y nadie es como El.

BENDICIONES, hasta la próxima

NO TE AFLIJAS, PORQUE DIOS TE DARA LA VICTORIA

Este es un día ideal para que estemos con la mejor de las actitudes, agarrados y confiados de las  manos  del Señor, porque El es fiel  y para siempre son sus  misericordias.

Iniciaremos diciendo que la palabra de Dios es la  fuente de sabiduría y de poder, es por ese motivo que vemos como  a veces nos levantamos con situaciones bien, bien   fuertes  y cuando vamos a la palabra   inmediatamente nuestro ánimo se levanta y  nos llenamos de fuerzas y de poder de lo alto y todo esto sucede, porque  la fortaleza la recibimos   del que Todo lo puede: de Dios.

Veamos algunas promesas que  si la ponemos por obra, nos llenaran de fortaleza y de poder en momentos difíciles:

Isaías 43:2:   “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo y por los ríos, no te anegaran,  cuando pases por el fuego, no te quemara,  ni la llama arderá en ti”. 

Dice Jeremías 1:19: “Y pelearan contra ti, pero no te vencerán, porque contigo estoy para librarte”

En otro orden de ideas, es bueno saber que Dios no es quien nos envía   las adversidades como muchos creen; pues El como  Dios grande y sobrenatural,  si nos  llega cualquier situación o adversidad, lo que hace es que   la vuelve para bien; ejemplos de mas tenemos en la palabra y también  lo observamos a diario; pues El es un Dios Todopoderoso que actúa siempre interviniendo a nuestro favor y esto es así, porque nos ama más que nadie en este mundo.

Ahora quiero compartirles una palabra de aliento expresada por el Pastor Salomón, predicador de la palabra de Dios, que dice así:  “En las pruebas y el dolor alaba a Dios, no importa cuán difícil sea lo que estas pasando, alaba a Dios, El te dará tu bendición”.

Finalmente, les exhorto a que aunque a veces no entendamos lo que nos esté sucediendo,  dejémonos  guiar por Dios, aprendamos a caminar con la mirada puesta en lo alto y dejemos de hacerlo mirando guiados de lo que nos dice  el panorama; ya que muchas veces nos muestra que no se puede y eso  no es cierto, porque Dios actúa cuando no se puede, pues ese es su trabajo   y lo hace porque es bueno, agradable y perfecto y nadie es como El

BENDICIONES, hasta la próxima

PERDONANDO A NUESTROS HERMANOS,

COMO NOS MANDA DIOS

Este es un día ideal para que estemos con la mejor de las actitudes, agarrados y confiados de las manos del Señor, porque pase lo que pase Dios es fiel  y para siempre inmerecidamente son sus  misericordias.

Iniciaremos diciendo que en este hermoso día  El Señor nos invita a perdonar cuantas veces sea necesario  a quienes nos han ofendido u ocasionado daño; ya  que perdonar  no es eximir de  pecado y  de sus consecuencias al ofensor, es sanarte por amor a ti mismo y a tu prójimo.

Colosenses 3:13 nos dice  que debemos de perdonar a nuestros hermanos, de la misma forma que Cristo nos perdono a nosotros; y  se debe de hacer no como muchos dicen, que perdonan, pero que no olvidan; aunque existen casos especiales en que si debemos de  apartarnos   y poner  distancia de la persona; mientras la dejamos en las manos del Señor, para que sea El quien haga el trabajo correspondiente de sanidad, pues si nos quedamos reburujados; mas problemas buscaríamos, o sea que lo que debemos hacer en esos casos es  perdonar y   la vez orar apartados de nuestro ofensor, es duro pero es así,  es por eso que  tenemos que pedirle al señor nos ensene a perdonar de la misma forma como El lo  hace con nosotros, porque si nos hacemos llamar hijos de Dios, tenemos que perdonar todo, esto es sin importar el pecado cometido; ya que dice Mateo 18: 18- 21-35, que lo que atamos en la tierra,  lo atamos también en los cielos;  de nuestra parte tenemos que recordar que lo que hacemos aquí, tiene repercusión en lo alto.

En una ocasión Pedro le pregunto al Señor que cuantas veces teníamos que perdonar a nuestros hermanos  y El  dijo que 70 veces 7, si fuere necesario, lo significa que debemos hacerlo infinitamente, aunque sea a distancia, como les había expresado,  pues El  Senor todos los días nos perdona y nunca más se recuerda de nuestros pecados. 

Finalmente, luego que hemos perdonado, El Señor nos dice pedid y os se dará, buscáis y hallareis, ver Mateo 7:7; ya que existe un requisito para que El oiga nuestra oración y para que El nos perdone; de no hacerlo, solo estamos perdiendo el tiempo acá y hasta  correremos el riesgo de perder nuestra salvación y   luego de todo esto, solo nos resta decirles que:  Dios es bueno agradable y perfecto y nadie es como El

BENDICIONES, hasta la próxima

PONIENDO LOS  PLANES PRIMERO EN LAS MANOS DEL SENOR

Este es un día ideal para que estemos con la mejor de las actitudes, agarrados de las manos del Señor; dándole siempre las debidas  gracias por todo lo que hasta ahora  nos ha permitido vivir, por lo bueno, lo regular y lo malo; porque en todo El Señor se glorifica.

Iniciaremos diciéndoles  que al iniciar un nuevo año es natural que lo hagamos  llenos de sueños y metas a alcanzar; sin embargo también  es posible que las mismas las planifiquemos  sin primero presentarlas ante el trono del Señor; ya que hemos mal aprendido a guiarnos haciendo las cosas a nuestra manera, solos sin que nadie se inmiscuya; sin  embargo  cuando  nos va mal, inmediatamente  culpamos a Dios de nuestras malas decisiones  y esto no debe de seguir siendo así; pues estamos aprendiendo a accionar su palabra, la cual  nos dice que todo lo que hagamos tenemos primero  que presentarlo ante Dios, para que de esta manera nos vaya bien en  el  camino.

Hoy nos dice El Señor, nos dice  que si por casualidad en el pasado año nos fue mal, lo olvidemos de una vez por todas y corramos hacia adelante, para poder llegar a la meta propuesta; haciendo  lo que  dice Filipenses 3:13-13: Olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús; Señor nuestro; porque El es poderoso y fiel para mantenernos  firmes; como expresa    Romanos 14:4. 

Dice Jeremías  29:11:  Porque yo se los pensamientos  que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis”; lo que significa que  Dios siempre  quiere darnos  lo mejor a cada uno de nosotros; es por eso que para lograr  todos nuestros  objetivos o sueños,  necesitaremos  primero entregárselos al Señor  y luego avanzar hacia adelante, con la  mirada puesta en lo alto y en nadie más ; ya que tenemos de nuestro lado al defensor de nuestra vida, quien pase lo que pase, nunca nos dejara solos.

Finalmente, nunca olvidemos que  solo Dios  es nuestro ayudador y pronto auxilio en todo, por lo tanto todos los días, pidámosles las fuerzas necesarias para hacer su voluntad ; ya que solos  no podemos y  la suya  es buena, agradable y perfecta; porque nadie es como El   y  luego de tantas hermosas promesas,  solo nos resta decirles;

BENDICIONES, hasta   la próxima