CON LOS ANOS HE
APRENDIDO QUE TODO ES EN EL TIEMPO DE DIOS, EL CUAL ES EL
PERFECTO Y VERDADERO
Este
es un día ideal, para estar con la mejor de las actitudes, agarrados más que
nunca de las manos del Señor, porque El es fiel y para siempre es su misericordia.
Iniciaremos
en este hermoso día expresando que con los años he aprendido a ser paciente y a
entender que las cosas no son a mi tiempo, sino al tiempo de Dios el cual es el verdadero y perfecto.
Con
los años he aprendido a oír más y a no actuar
antes de tiempo, como dice la palabra en
Santiago
1:19: Por esto mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para
hablar, tardo para airarse.
Con
los años he aprendido a prometer menos, pero a cumplir más, pues es mejor no
prometer, para luego no cumplir. Ver Eclesiastés 5:5, que dice: Mejor es que
no prometas y no que prometas y no cumplas.
Con
los años he aprendido a valorar más la vida y a saber que el amor no debo de
buscarlo en los demás, sino en Dios y que primero debo amarme, para que los demás
luego me amen.
Con
los años he aprendido a que cuando quiero algo, poner mi cuota de esfuerzo y lo demás
dejarlo en las manos de Dios, pues El es quien siempre tiene la última palabra
y nunca se equivoca.
Con
los años he aprendido que la justicia la hace Dios, en su tiempo, pues el mundo
está lleno de injusticias y males, pues cada cual hace lo que quiere, sin
embargo si le va mal, luego culpara a Dios de lo que le suceda.
Finalmente,
con los años he aprendido a buscar refugio en Dios y no en los hombres, ya que
siempre cada persona se encuentra
luchando con situaciones que le adversan y estos no pueden darme la paz,
aliento y consuelo que deseo en el
momento, ya que esto solo lo logro por medio de la palabra de Dios, la cual es
manantial de vida para los que en ella confían y la hacen esperanza y fortaleza
para sus días de mal y es así, porque
Dios es bueno, agradable y perfecto, que nos ama más que nadie.
BENDICIONES,
hasta la próxima
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