ANTE LAS  PRUEBAS O AFLICCIONES, DIOS ES NUESTRO AYUDADOR

En este hermoso día, esperamos que se encuentren con la mejor de las actitudes, porque aunque estemos pasando por un valle de sombra, Dios es bueno siempre.

Iniciaremos diciendo que la palabra de Dios nos muestra  que las aflicciones son propias de todos los seres humanos; de  creyentes y no creyentes, tenemos como ejemplo al apóstol Pablo, quien siendo un gran embajador del evangelio, vivió  muchas aflicciones, sin embargo   nunca se dió por vencido a pesar de que tuvo  momentos que  llegó a sentir la muerte cerca, aún así continuaba hacia adelante, porque el sabía que Dios  lo permitía con un propósito y era  para hacerlo más fuerte y a la vez para  que nunca se confiara  en su propia capacidad humana, sino que su confianza fuera puesta  en Dios, quien es que capacita y obra en nosotros.

Es bueno saber que Pablo fue un hombre de mucha  fe y de oración  y por ese motivo veía  a Dios obrar de forma sobrenatural en su vida,  porque en la adversidad  Dios le daba las fuerzas necesarias  para continuar el ministerio que El le había encomendado y es que podemos estar atribulados, más no angustiados, en apuros, más no desesperados, perseguidos, más no desamparados, derribados, más no destruidos, porque aunque nuestro  exterior se vaya  desgastando, más,  el interior, se va fortaleciendo, porque el mismo, se va renovando día a día.   Ver 2da Cor. 4:16 y es que Dios nos muestra que cuando estamos atribulados, El  nos consuela, para que de esta forma, podamos también consolar a los que así lo necesiten, porque de la misma forma que abundan las aflicciones en nosotros, de igual forma, abundan  también la  consolación en El.

Finalmente, todas las tribulaciones que padecemos producen en nosotros cada vez más, un excelente y eterno peso de gloria, porque la prueba nos da paciencia y la paciencia experiencia, es por ese motivo que   Dios quiere que ante las dificultades,  no miremos  las cosas que se ven, las cuales son temporales y si nos apoyemos  mirando las que no se ven, las cuales son eternas.

BENDICIONES, hasta la próxima